sábado, 3 de marzo de 2012

Ciudad subterránea

La ciudad se logra identificar a sí misma en los espacios anónimos (y, frecuentemente marginales).

El metro es uno de ellos; de esta forma, se conforman otras ciudades paralelas y subterráneas donde los vagones del transporte público, y también sus estaciones, se vuelven parte de la morfología que identifica un trayecto o un recorrido circunstancial por la ciudad.

En definitiva, lo que quiero decir con esto es que el metro también es la ciudad, o por lo menos forma parte incontestable de su imagen y conformación, y esto tenemos que tenerlo en cuenta cuando hablamos de desarrollar ciudad.

Es igual de necesario mejorar el metro para aumentar el valor de una ciudad, que desarrollar una ciudad pensando en su sistema de metro.

El metro no es una metáfora de las arterias de una ciudad, es decir, no es sólo una muestra de la relación entre ella y su movilidad (una infraestructura que conecta unívocamente dos calles-escenario que pueden ser absolutamente distintos), sino que es además en sí una proyección de la ciudad misma.


-al hilo de un post de fotografías de Arquine.


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